En el mundo empresarial se reconoce ampliamente que la seguridad es fundamental para el éxito de una empresa. La aplicación de medidas de seguridad contribuye a mitigar los riesgos a todos los niveles: personas, redes y sistemas. Si estos se ven comprometidos de algún modo, la capacidad de rendimiento de una organización puede verse muy afectada. Para ello nos sirve la Gestión de Riesgos de Seguridad.

Tanto en la vida personal como en la profesional, debemos ser siempre conscientes de dónde proceden nuestras amenazas, identificar los puntos débiles y comprender cómo pueden ser explotados.

Gestión de riesgos de seguridad.

La gestión de riesgos es un proceso que consiste en identificar, evaluar y priorizar los riesgos, desarrollar estrategias para minimizar o mitigar el riesgo y aplicar controles para garantizar que el riesgo no se materialice. Se puede aplicar tanto en organizaciones privadas como públicas y también en nuestra vida personal. El objetivo principal de este proceso es comprender lo que puede ocurrir para reducir o eliminar determinados riesgos mediante la aplicación de controles y medidas eficaces contra ellos.

Es un ingrediente clave en cualquier plan de negocio. Puede ayudar a las empresas a hacer crecer su negocio tomando mejores decisiones estratégicas y evitando costosos errores.

Identificación de Riesgos.

El primer paso corresponde a la identificación de las áreas de riesgo y su clasificación de acuerdo al impacto que puedan causar.

Según las actividades, la identificación tiene como objetivo conocer los activos más importantes para una organización junto con las amenazas que podrían afectarlos.

Análisis de Riesgos.

Posteriormente, el análisis de riesgos permite caracterizar cada uno de ellos para luego ser evaluado cualitativa o cuantitativamente según los criterios. Todo esto se considera dentro de la fase de valoración.

Una vez que hayamos identificado las áreas potenciales de ataque, podemos poner en marcha las medidas apropiadas que impidan tales actividades.

Como en cualquier tipo de negocio, la importancia reside en la prevención a través de medidas de precaución eficaces y en la reacción cuando estas fallan.

Evasión del Riesgo.

El tercer paso corresponde a la evasión de riesgos; esta se produce cuando una organización se niega a aceptar el riesgo. Es decir, no se permite la exposición; se consigue simplemente no comprometiéndose con la acción que provoca el riesgo. Es importante que tomemos las precauciones necesarias para proteger nuestra seguridad.

Debemos aprender a detectar un ataque antes de que se produzca, y qué medidas existen para defenderse de este tipo de amenazas. La evasión del riesgo se produce cuando una organización aplica controles que reducen la probabilidad de que se produzca un resultado negativo. También puede lograrse controlando o eliminando la causa del riesgo en cuestión.

Por ejemplo, si le preocupa que sus empleados se distraigan mientras conducen durante las horas de trabajo, podría aplicar una política que prohíba el uso del teléfono móvil mientras conducen los vehículos de la empresa.

O, si una empresa no salvaguarda sus datos, puede provocar graves trastornos en el negocio, pérdidas financieras e incluso la quiebra. Un fallo en la infraestructura de seguridad de una empresa puede provocar la filtración de información sensible, el fraude de los empleados, el fraude con tarjetas de crédito en línea, el robo de identidad o el espionaje corporativo.

Aceptación del Riesgo

Por último, se encuentra la aceptación del riesgo; esta se produce cuando una organización acepta el riesgo y decide seguir adelante con su plan. Esto puede incluir cambios en los planes y estrategias, o puede significar la implementación de controles adicionales. La idea es que los riesgos deben ser tratados y reducidos hasta un nivel que, en caso de presentarse, no involucren consecuencias considerables. Esta aceptación permite a las empresas decidir en qué deben centrar sus recursos a la hora de implantar medidas de seguridad.

La Gestión de Riesgos de Seguridad es para todos.

En conclusión, la gestión de los riesgos de seguridad no debería estar reservada únicamente a las grandes empresas. Es tan importante para las empresas como para los particulares.

No abordar los riesgos de frente es la forma más fácil de dejar a su organización vulnerable ante un evento de riesgo. Identifique los riesgos, investíguelos y trabaje para gestionarlos eficazmente y antes de que se conviertan en un problema grave.

Para proteger mejor nuestros activos, es vital analizarlos; para analizarlos bien, necesitamos comprender claramente su importancia y valor. La gestión de riesgos de seguridad nos ayuda a gestionar y proteger estos recursos críticos.